Neverwhere es una novela muy trascendental para el autor, primero por que fue la segunda novela que escribió en solitario y después por que fue la que le sirvió de catapulta para su fama internacional; tan trascendental es que cuenta con múltiples ediciones (Con ligeros cambios entre cada una) siendo por eso mismo necesario especificar que la leída por mí es la edición del 2015 la cual, según la editorial, «armoniza todas las otras ediciones y agrega eventos que fueron descartados en las anteriores». Ya dejando en claro la naturaleza de la novela, iré a reseña:
La historia empieza presentándonos a una persona «típica» con una vida típica en la ciudad de Londres de nombre Richard Mayhew; bueno, para ser específico Richard se mudó a Londres para acaparar un mejor trabajo y justo un día antes de su mudanza se encontró, por simple casualidad, una mujer que le leyó el futuro y le advirtió que se cuidara de las puertas allá donde viajara. Ya desde aquí vemos dos comportamientos de la historia que Gaiman nos ofrece: la vida casual de una persona y cuyo tema explota de principio a fin, presentándonos la idea de que la vida «normal» en donde, en este caso Richard, tiene un buen trabajo, una prometida de buena familia y grandes ambiciones, amigos y planes realizables a futuro, pero que no necesariamente significa sea una buena vida o una deseada por el protagonista aunque éste se obligue a pensar que es, de hecho, un hombre afortunado que tiene todo lo que podría tener.
El segundo elemento es el misterio; a diferencia de otras novelas (Como «El libro del cementerio«) en donde el autor evita lo más posible dejar cabos sueltos para darle más inmersión a la historia, en esta situación se juega mucho con el misterio, las intrigas y los «huecos de trama» que deja al propósito para delegar a nosotros la explicación y, a su vez, jugar con la idea de que hay cosas que se escapa de nuestro conocimiento pero que allí están.
En un punto inicial de la historia nuestro protagonista Richard Mayhew, y que está en lo que cree «la cúspide de su vida de soltero», encuentra a una adolescente en un estado deplorable por lo cual se ofrece ayudarla, aún cuando éste queda mal con su prometida; de allí en adelante se le abre a nuestro personaje una realidad que parece de locos: existe un «Londres de abajo» el cual está conectado al «mundo normal» pero que es invisible ante los ojos de las personas que no pertenecen a ese submundo. Resulta que la adolescente que rescató proviene de una familia con cierta habilidad particular que les permite acceder a cualquier lugar que desee, abriendo todo acceso cerrado e incluso creando sus propios caminos; todo ésto la ubica a ella y, por ende, a Richard en una posición de persecución por parte de varios seres de ese submundo, hablando específicamente de matones nada cotidianos, un par de seres que parecen ser imposibles de dañar y que, en lo que se entiende, han estado presentes en etapas específicas de la humanidad como la guerra de Troya y la segunda guerra mundial, siendo éstos orquestados por un personaje antagónico que permanece en misterio hasta finales de la historia pero que resulta ser un alguien que mueve varios hilos en la historia de ese «Londres de abajo».
Al ser una de sus primeras novelas, y que de hecho fue escrita a mediados de la década de los 90’s, la historia pese a que tiene una considerable profundidad también cuenta con elementos clásicos y hasta clichés de la literaturas, aunque estos no la hace mala debido a que la implementación de dichos componentes se hacen de forma pertinentes y propias del autor; la historia de Richard es la clásica «historia del héroe» en donde éste va haciendo un recorrido tortuoso y que desafía su propia cordura presentando personajes bastante atípicos de la vida cotidiana: un «marquez» que domina varias esferas sociales del submundo a través de una red de «favores» y conocimiento que se esfuerza en adquirir bajo cualquier riesgo, una cazadora cuyo propósito es derrotar a cada bestia que amenaza cada ciudad en el mundo, una congregación de «hombres rata» que obedecen las órdenes de roedores… en fin, una historia muy atípica para ser ambientada en el supuesto mundo real y urbanizado de Londres; aún así es muy discutible que sea la historia de «Richard» ya que, y muy contradiciendo el cliché «Historia del héroe», éste queda la mayor parte de la historia sepultado por los acontecimientos, siendo un ignorante, débil y torpe sujeto en esa realidad que desconocía convirtiéndose, incluso, es un estorbo para el resto de los personajes. Aún así tampoco se puede considerar que Richard sea un personaje simple y bobo, sino más bien un sujeto «típico» que poco a poco va cuestionándose el qué es importante de su vida, qué aspiraciones realmente debería tener y qué valor tienen los logros que, como personas, nos hemos acostumbrado a alcanzar: un trabajo, el matrimonio, una vida tranquila, un buen puesto en una empresa o la vida amorosa, teniendo ahora un punto de comparación muy atípico de la vida del submundo en donde el peligro se muestra en diferentes formas y provenientes de diferentes seres y siendo la confianza el mayor peligro que enfrenta una persona… en fin, que como dije más arriba, Gaiman juega con la idea de una vida típica y tranquila preguntando si una «buena vida» puede ser necesariamente la mejor forma de vida o si es la mayor aspiración que podemos tener.
El mundo que desarrolla el autor es bastante complejo y a la vez indescriptible; como también he mencionado Gaiman no hace mucho hincapié en justificar la naturaleza de varias cosas de su novela, en el Londres de abajo existe la magia, de hecho parece que es la energía que domina ese mundo pero no de la forma convencional que vemos en otras novelas de fantasía: No hay hechizos, no hay libros de magia y no hay magos que controlen la realidad, hay seres con acceso a ciertas habilidades que se consideran mágicas, hay objetos que usados de la forma correcta ofrecen ser una herramienta mágica, contradictoriamente no existe la tecnología moderna aunque ambos mundos estén conectados y hasta hayan compartido los mismos eventos históricos. El bien y el mal se presentan de una forma diferente a la forma clásica, pudiendo «verse» y hasta teniendo forma; el submundo es precisamente un mundo muy cruel y sanguinario por sí solo, lo cual obliga a los seres que lo habitan a ser de la misma manera si quieren sobrevivir. Para embellecer los misterios de éste segundo mundo hay ocasiones en que ambos lugares (El mundo de abajo y el mundo «normal») conviven en lugares específicos, hay seres que se mueven entre ambos mundos y hasta quienes dominan parte del mundo normal, sin embargo se hace de una forma que es ignorada por las personas que habitan nuestro mundo. Como dije es una historia compleja con un mundo igual de complejo.
Por último quisiera hacer mención de los personajes que, a parte de los destacables protagonistas cualquier personaje mostrado, al menos en el «Londres de abajo», es tan peculiar como los principales; no hay personajes «solo de paso» que fueron creados para llenar una escena o hacer una justificación, todos parecen desarrollar un papel peculiar en la historia y aún más interesante en el mundo de ésta; encontramos, por ejemplo, un conde que gobierna las estaciones del metro del Londres real, una rata Rey que dirige uno de los grupos más «seguros» y a la ves temidos del submundo, un Ángel encargado de cuidar varias ciudades del mundo, monjes que custodian una llave a toda la realidad, seres que se alimentan de la «vida» de los demás individuos… en fin que el catálogo que nos ofrece la imaginación de Gaimán es magnífico.
Quisiera hacer un resumen final de la historia pero es complicado hacerlo con todos los elementos que ya mencioné (y varios otros que dejé a un lado para evitar «spoilers»); lo único que puedo aclarar es que ésta es una obra de fantasía en toda regla que maneja su propia realidad y que nos encamina a un mundo lleno de tramas más profundas, intrigantes y con cierta dosis de autocrítica de la vida cotidiana, aunque no de una forma muy complicada tal vez debido a la falta de experiencia de Gaiman al momento de escribirla haciéndola, de hecho, una entrega muy accesible a todo el público, nos lleva de la mano y de forma muy suave a través de todas las tramas, complejidades y puntos que el autor quería plasmar dentro de esta novela.
Como obra de Nail Gaiman es una muy buena y como historia de fantasía queda calificada, cuanto menos, como grandiosa.